Síntomas derivados de volantes bimasa defectuosos

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Un volante de inercia bimasa averiado o desgastado en exceso provoca un mayor nivel de vibraciones procedentes del motor, sobre todo perceptibles en la zona de los pedales, pero también en el volante, el asiento, etc., y durante el régimen de ralentí o a bajas revoluciones. Las vibraciones pueden ir acompañadas de un traqueteo o de un sonido de rozamiento entre metales. También son síntomas de defecto en el volante bimasa cuando el vehículo vibra al soltar suavemente el pedal del embrague al iniciar la marcha, el traqueteo al parar el motor y la disminución o desaparición de las vibraciones en cuanto se pisa el pedal del embrague al ralentí. Los motores modernos, diseñados con tolerancias micrométricas, acusan en mayor medida todos estos síntomas.

Una rotura grave del volante de inercia dual, por ejemplo a raíz de la rotura de los muelles o por choque de las masas entre sí, desembocaría en problemas importantes en la carcasa de la caja de cambios y el eje de transmisión, aunque los mismos resultan muy poco probables, al menos durante una gran cantidad de kilómetros recorridos por el vehículo.

Volante de inercia bimasa con muelles rotos

Para la detección de una avería en el volante de inercia, se pueden dividir los síntomas en los siguientes:

Vibraciones y sonido de traqueteo metálico al ralentí

Una forma de cerciorarse de que estos síntomas se deben a un volante de inercia defectuoso y no por otros elementos del motor es poner el vehículo en punto muerto y si, al acelerar poco a poco, las vibraciones se minimizan, pero aumentan de frecuencia, lo más probable es que el problema recaiga sobre el propio bimasa. Otro modo de detectar el daño es pisando el pedal del embrague también al régimen de ralentí. Si el traqueteo metálico desaparece, lo más probable es que se trate de un problema en el volante de inercia.

Con tal de asegurarse de que las vibraciones y los ruidos no provienen del disco másico conviene comprobar posibles desequilibrios en el motor, soportes de motor y de caja de cambios en malas condiciones, correa auxiliar, etc.

Vibraciones al apoyar el pie en el embrague

El accionamiento del pedal de embrague puede despejar bastantes dudas sobre el estado del disco bimásico, incluso en ocasiones puede dar pistas de hasta qué punto se encuentra deteriorado. En caso de que se noten vibraciones al pisar el pedal, es indicativo de que el volante de inercia está estropeado. Si esta vibración no va acompañada de un sonido metálico en ralentí significa que el volante no está deteriorado del todo y, aunque el sistema de muelles se presupone entonces algo desgastado y no puede absorber la totalidad de las vibraciones, el componente sigue funcionando parcialmente.

Golpeteo al parar el motor

Si al parar el motor se escucha un golpeteo proveniente del vano motor, el volante de inercia probablemente esté averiado, puesto que las revoluciones bajan súbitamente por debajo de las del régimen de ralentí, creciendo las oscilaciones en los componentes de la cadena cinemática que son transmitidas por el apagado del motor.

Se recomienda revisar la existencia de códigos de avería en la unidad de mando del motor con tal de confirmar que el problema no reside en la gestión electrónica, así como también debe controlarse el estado operativo de la mariposa en el momento de la parada del motor y los soportes de motor y de caja de cambios.

Mariposa del colector de admisión

Temblores al iniciar la marcha

Mientras se está realizando el desembragado para iniciar la marcha del vehículo, las revoluciones del motor siguen siendo bajas y el motor comienza a generar fuerza de empuje, por lo que el volante de inercia, al estar algo desgastado, es capaz de absorber las vibraciones cuando el motor está al ralentí, pero no cuando las revoluciones se incrementan porque en estas situaciones el volante requiere efectuar un mayor trabajo de absorción.

Ruidos durante la fase de arranque

Primeramente, debe comprobarse que no existen códigos de avería en la unidad de control del motor con el fin de descartar posibles fallos de gestión electrónica que pudieran estar provocando un desequilibrio en el funcionamiento del motor. El motor de arranque debe estar en buenas condiciones, ya que es el encargado de poner en marcha el motor a una velocidad correcta, y la batería también debe suministrar la energía suficiente en los procesos de arranque. Por otro lado, en caso de equiparla, la válvula de mariposa de parada suave no debe encontrarse bloqueada ni parcialmente cerrada, pues es el elemento que proporciona una parada sin tantas vibraciones del motor. De igual manera, debe revisarse el estado de los soportes de motor y de caja de cambios.

Author: Grup Eina

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