El disco es el elemento móvil del dispositivo de freno y gira anclado al buje de la rueda mediante los tornillos de la misma, pudiendo montar además uno o dos tornillos de fijación para facilitar su montaje. Consta de dos partes: la banda o pista de fricción; que es la parte donde se apoyan las pastillas de freno y donde se genera la fricción para frenar el disco, y la campana o cubo; que es donde se disponen los orificios para los tornillos y el agujero de centrado del disco con el buje.
Existen dos tipos de discos de freno: macizos o ventilados.
Macizos: Están formados por una doble pista de fricción sólida. Disipan la temperatura lentamente, lo que reduce su rendimiento en uso continuado y provoca a menudo la cristalización de las pastillas. Su refrigeración se realiza exclusivamente por contacto con el aire y resulta muy diferente entre la cara interna y externa del disco. La cara interna de los discos suele resguardarse de las inclemencias meteorológicas, la suciedad de la calzada e incluso de las posibles proyecciones de grasa de las juntas homocinéticas mediante un protector metálico, cuya presencia limita el flujo de aire y la dispersión térmica. Por otra parte, la capacidad de refrigeración de la cara externa depende en gran parte del diseño de la llanta y la velocidad de rotación. En frenadas prolongadas, la diferencia de temperatura entre las dos superficies puede provocar la deformación del disco y diferencias de fricción entre ambas pastillas de freno, dando lugar a vibraciones. Es más delgado que el disco ventilado y tanto su fabricación como su sustitución resultan más económicas.
Ventilados: Dispone de dos pistas de fricción separadas por unos canales de ventilación que permiten el flujo de aire por el interior del disco, acelerando la disipación de calor. Existen varios diseños para los canales internos de refrigeración aunque, en la mayoría de los casos, se aprovecha el giro del disco para forzar el flujo de aire por centrifugado. Adicionalmente, pueden disponer de orificios perforados o ranuras sobre la superficie de fricción que además de mejorar la refrigeración, favorecen la limpieza del disco, la liberación de vapores y el desgaste homogéneo de las pastillas de freno.
Existen distintos tipos de discos de freno ventilados, debido a su estructura y/o materiales utilizados: perforado, ranurado, cerámicos, de carbono.