Hace unos años los vehículos que incorporaban transmisión automática, llamados cambios automáticos eran una novedad en el mercado, consiguiendo una gran comodidad para el usuario a la hora de conducir pero el consumo, el precio y las averías costosas creaban un gran debate. Actualmente son una realidad y muchos de esos factores han desaparecido o se posicionan en un segundo plano.
Hoy vamos a hablar sobre esta constante evolución, hay que recordar los matices en función del tipo de cambio (por convertidor de par, variador continuo, etc.) Y las ventajas e inconvenientes que posee este tipo de transmisión.
La principal ventaja de un cambio automático es la simplicidad a la hora de conducir teniendo normalmente cuatro posiciones (P,R,N y D)
P: Funcionamiento de Parking, posición para bloquear la transmisión y dejar el vehículo estacionado.
R: Se utiliza para ir marcha atrás.
N: Se utilizaría como “punto muerto”.
D: es la posición de ir hacia delante.
Estas serían las principales posiciones pero podemos encontrarnos más dentro de estas.
Otra de las ventajas pero un poco dificultoso adaptarse a ella si has conducido antes un vehículo con transmisión manual es la utilización únicamente del pie derecho (acelerar y frenar), como se ha dicho antes si anteriormente has conducido con embrague, es posible que esta comodidad nos juegue una mala pasada ya que podríamos buscar el embrague y sin ser conscientes estaríamos presionando el freno, es cierto que uno se acostumbra rápido pero hay que tener mucho cuidado.
Para acabar, recordamos lo que hemos comentado al principio, la comodidad para el usuario de conducir sobretodo en ciudad es una de la mayor ventaja de este sistema ya que en un entorno urbano, ir cambiando de marchas constantemente suele ser más incómodo. Y hablando de la eficiencia que actualmente poseen estos vehículos, no es nada similar a la de hace años igualando este punto y posiblemente superándolo.
Entonces, ¿Por qué al día de hoy tenemos un pequeño porcentaje de este tipo de cambio?
La respuesta es fácil, la tecnología va a pasos gigantescos pero no hace milagros. Hoy en día ha mejorado mucho y se han implementado muchos tipos de cambios automáticos pero las mejoras implican costes y la diferencia de los vehículos con mejores tecnologías es aún muy llamativa aun teniendo el mismo vehículo con las mismas prestaciones.
Aun así el precio no lo es todo, muchos usuarios no quieren adaptarse a este cambio ya que no quieren perder la sensación de conducir el vehículo, el cambio manual está asociado a un mayor disfrute de la conducción. Este tipo de sensaciones supera todo lo anterior. Pisar el embrague, reducir y ver cómo suben las revoluciones no tiene precio en un automóvil con esta transmisión.
Aunque la mayoría de usuarios no hayan probado nunca este tipo de cambio y prefieren evitar posibles tentaciones.
También podemos hablar de los costes en reparaciones y mantenimiento, ya que al ser un sistema más complejo y novedoso con constante evolución el precio es más elevado (Como ya hemos dicho antes el precio varía según el tipo de transmisión automática).
Para finalizar queremos que nos des tu opinión.
¿Con qué tipo de conductor te identificas?
