Aunque la primavera ya ha llegado pero como dice el dicho: “Hasta el cuarenta de Mayo no te quites el sayo”, hay que estar alerta por las posibles lluvias ya que si son abundantes se hacen más peligrosas.
Conducir en carretera con lluvia o tormenta es peligroso y hay que hacerlo siguiendo una serie de pautas para evitar o minimizar el riesgo de tener un accidente, sin embargo existe un fenómeno impredecible y peligroso cuando llueve mucho que puede causar problemas, se trata del aquaplaning.
Los neumáticos del vehículo son capaces de evacuar el agua de la carretera gracias a los canales que forman su dibujo para conseguir la tracción necesaria. Todo y que los neumáticos realizan esta función a veces no son capaces de desalojar toda el agua y pierden el contacto con la superficie de la carretera.
Al no poder expulsar toda el agua se forma una fina capa de espesor que hace que el vehículo, literalmente, flote sobre el agua perdiendo el contacto con la carretera y por consiguiente el conductor pierda el control sobre el vehículo.
Hay muchos factores que contribuyen a que el vehículo pueda hacer aquaplaning, el estado de la carretera, la cantidad de agua en la carretera, la velocidad, el peso del vehículo, estado de los neumáticos, la anchura de los neumáticos. Como es lógico, cuanto más rápido se circula menos tiempo tienen los neumáticos de evacuar el agua de la calzada.
Para evitar este fenómeno tan agresivo se puede prevenir y minimizar las posibilidades de perder el control del coche de la siguiente forma:
1-El vehículo:
- Los neumáticos deben estar en buen estado y con su presión correcta, una presión baja hace que el neumático tenga más superficie de contacto con el asfalto con lo que se reducen los canales para evacuar el agua.
- Amortiguadores en buen estado.
2-El conductor:
- Moderar la velocidad.
- Estar alerta constante.
- Sujetar el volante con las dos manos y con firmeza.
- Dejar de acelerar suavemente sin frenar.
En caso de sufrir aquaplaning, el coche tiende a frenar y según como sea la profundidad del charco, el volante puede girarse bruscamente. En la mayoría de ocasiones el control solo se pierde unos instantes y el conductor lo recupera al instante, pero para ello estaremos siempre alerta para tener un buen control sobre la dirección.
