En la década de 1920 a 1930, el ingeniero químico Georges Imbert perfeccionó y desarrolló un generador de gas de madera para un uso móvil.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de vehículos motorizados en la Europa continental se reconvirtieron al uso de leña como combustible, convirtiéndose esta tecnología en algo común por consecuencia del racionamiento de los combustibles fósiles.
El combustible para un coche de gas de madera se compone principalmente de virutas de madera o trozos de madera, aunque cualquier material orgánico se puede utilizar. A pesar de su aspecto industrial, el balance de un coche de gas de madera es positivo como combustible alternativo. Incluso los “escarabajos” de Volkswagen que salieron de la línea de montaje, disponían del mecanismo de la gasificación de madera integrado. La recarga se realizaba a través de un orificio en el capó.
En los primeros sistemas de GLP, el suministro se conseguía desde dos bombonas de gas instaladas en el maletero del coche, repartidas a ambos lados. Con la ayuda de una llave de paso, se podía dirigir el gas desde una botella u otra hacia el carburador. El proceso de repostar consistía en extraer las bombonas e insertar unas cargadas. Debido a que los puntos de distribución eran mínimos y la acción de repostaje bastante pesada y engorrosa, su utilización prácticamente estaba restringida a flotas.
Vista de los componentes de un sistema de GLP de inyección indirecta
Con el paso de los años, la tecnología ha evolucionado y los nuevos sistemas de GLP pueden emplearse tanto para motores de gasolina con tecnología de inyección indirecta como en los actuales de inyección directa. Estos sistemas de inyección de GLP consisten en componentes añadidos a mecánicas de ciclo Otto aunque el coche propulsado a GLP venga de fábrica, consistiendo básicamente en la instalación de un kit adicional.
Por ello, actualmente existen muy pocos motores diseñados desde cero para trabajar con GLP, mientras que multitud de fabricantes de equipo de inyección GLP adaptan sus equipos para las diferentes mecánicas de gasolina.
Los rendimientos obtenidos con el empleo del GLP son muy similares a los de la gasolina, asemejando el funcionamiento del motor a las características y valores para los cuales fue diseñado inicialmente.
El siguiente sistema consiste en la adaptación del sistema de inyección de GLP para vehículos de inyección directa. En estos, el GLP se mantiene en estado líquido durante todo el proceso, sin embargo, se introduce en los cilindros a través de los propios inyectores de gasolina, reduciendo la temperatura de los gases de combustión.
La gasolina y el gas se introducen en la unidad de selección (elemento que permite cambiar sin problemas entre la utilización de gasolina y GLP). El combustible seleccionado pasa a la bomba de alta presión original del coche, donde se aumenta la presión a más de 100 bar antes de realizar la inyección en el motor.
Vista de los componentes de un sistema de GLP de inyección directa
Este sistema permite que el vehículo pueda operar en modo monofuel (utilización de un solo combustible) y, por tanto, el motor puede arrancar desde un principio empleando únicamente GLP en lugar de gasolina.
