El cinturón de seguridad ha sido durante años el único sistema de seguridad pasiva de los ocupantes en un vehículo, aún así este elemento no acababa de proteger del todo a los pasajeros, por este motivo los fabricantes buscaron soluciones para reducir los daños que puede provocar un impacto contra el volante, el salpicadero o el parabrisas. Se inclinaron por instalar bolsas de aire de inflado rápido, conocido como airbag, inicialmente instalado únicamente en el volante.
Hay que remontarse a los años 50, cuando se empieza a desarrollar este elemento de seguridad pasiva que provocó muchas dudas a los ingenieros, tales como el tamaño de la bolsa de aire, el material de la bolsa, qué sistema de llenado usar, la velocidad de llenado, etc. La patente del primer airbag data del año 1952, pero no fue hasta 1973 que se instaló en un vehículo fabricado en serie en Estados Unidos, concretamente en el Oldsmobile Toronado. Estos primeros airbags que se empezaron a montar eran de gran capacidad, para proteger a los ocupantes aunque no usaran cinturón.
No fue hasta el año 1971 cuando apareció la primera patente en Europa, de la mano de Mercedes-Benz que, desde el año 1966, empezó el desarrollo del airbag, realizando el primer test en 1967 e instalándolo de serie, en 1980, en el modelo Clase S (W216). Mercedes apostó por un airbag de dimensiones más reducidas y como complemento al cinturón de seguridad, actualmente conocido como Sistemas Suplementarios de Retención (SRS); es decir, para que el sistema sea del todo eficaz, el ocupante deberá llevar el cinturón de seguridad abrochado.
A partir de 2006 todos los vehículos fabricados para circular en el territorio de la Unión Europea deben llevar integrado el airbag de serie.
Desde entonces, se han incorporado diversas y notables mejoras, incorporando nuevos componentes para ir aumentando el nivel de protección para los ocupantes.
Los principales elementos que forman, actualmente, un sistema de retención son:
Unidad de control: es la encargada de controlar que los airbags estén operativos, recibir información tanto de los ocupantes como de los impactos para poder mandar la señal de detonación al sistema de retención necesario.
Sensores externos e internos de colisión: se comunican con la unidad de control para informar de un impacto en la zona donde está instalado el sensor.
Sensores de ocupación o presencia: informan a la unidad de control de los asientos ocupados del vehículo para poder detonar los airbags necesarios, de esta manera si solo hay el conductor, el airbag del pasajero no debe accionarse.
Airbags frontales: ubicados en el volante y en el salpicadero.
Airbags laterales: instalados en el lateral del respaldo del asiento o en el revestimiento de la puerta.
Airbags de cabeza o de cortina: consiste en amplio cojín textil de aire plegado, dispuesto longitudinalmente, que va desde el pilar A hasta el C.
Airbags de rodilla: situado bajo la columna de dirección, unicamente lado conductor.
Airbags anti-inmersión: ubicados en la banqueta de los asientos delanteros.
Pretensores de cinturón: situados en las zonas de anclaje del cinturón de seguridad y en el carrete.
Detonador para la desconexión de batería: integrado en el borne positivo de la batería.