El vehículo eléctrico en general, ya sea en el transporte público o privado está destinado a ser el futuro de la movilidad. La idea de cuánto cuesta recargar un vehículo eléctrico en casa puede resultar inquietante y pueden surgir muchas dudas, en España es el país donde se paga una de las facturas más caras de Europa.
En España hay una variación constante en las tarifas de luz, así tal y como informan desde la Red Eléctrica de España en su Guía de movilidad eléctrica para las entidades locales para calcular el coste que hay que tener en cuenta una serie de variables.
A la hora de hacer una comparativa entre un vehículo eléctrico frente a uno convencional son muchos los puntos que se tienen que valorar:
Precio
Los vehículos eléctricos son un poco más caros que sus equivalentes con motor de combustión, incluyendo las ayudas estatales que se aportan a la hora de adquirir un vehículo eléctrico. Influyen diferentes factores, uno de ellos es que dependiendo del modelo puede haber una variación de entre 5.000 y 15.000 euros más caros, algunos son más económicos debido a que no incluyen la batería, en estos casos la alquilan. Cuanto más se utilice el vehículo y más kilómetros se le hagan más se rentabiliza.
Coste del combustible
Los motores eléctricos son mucho más eficientes energéticamente que los motores de combustión. Como ejemplo, para hacer un recorrido de 100 km con un vehículo eléctrico cuesta aproximadamente unos 15 kWh, mientras que con un vehículo convencional que homologue un consumo más o menos de unos 5 l/100km, haciendo el cálculo equivaldría a unos 45 kWh de gasolina para recorrer la misma distancia.
Aproximadamente el kWh en hora valle (horario nocturno) cuesta 0,10 euros (con impuestos) y el precio del combustible (diésel o gasolina) oscila entre 1,20 euros/litro en los diésel y 1,30 euros/litro en los gasolina, para tomar referencias de precio.
Autonomía
Hasta la fecha es el punto más débil de un vehículo eléctrico, aunque es un aspecto que está mejorando mucho. Actualmente es más que de sobra para ir y volver del trabajo sin problemas o para hacer alguna escapada no muy lejana. Si lo que se busca es irse de vacaciones una semana con un vehículo eléctrico no se podría usar para este fin, teniéndolo como único vehículo, este hecho obligaría a alquilar uno para este fin y supondría un sobrecoste.
Puntos de recarga
No hay que dejar de lado el punto de recarga, si vives en una vivienda unifamiliar con garaje, esto se soluciona fácilmente puesto que podemos instalar un punto de recarga sin problema. Si se trata de un garaje comunitario, es más costoso. En la actualidad su instalación está subvencionada, lo que supondrá un descuento a favor.
Reparaciones y mantenimientos
De forma orientativa en este aspecto un vehículo eléctrico supone un ahorro de aproximadamente un 25% respecto al de un vehículo convencional, ya que su mantenimiento es más sencillo al no disponer de aceite, filtros, embrague, etc.
Aparcamiento
En las grandes ciudades, los vehículos eléctricos disponen de bastantes ventajas, aparcamiento en zona azul gratuito o plazas con puntos de recarga en zonas comerciales.
Impuestos
En algunas provincias, este tipo de vehículos disponen de ventajas fiscales, con descuentos de hasta el 75% en el impuesto de circulación.
Como conclusión final, comprar un vehículo eléctrico supone un gasto mayor que el de un vehículo convencional pero con la diferencia de que para rentabilizar este sobrecoste la recarga de las baterías y todos los aspectos comentados son beneficiosos para el bolsillo.
